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jueves, 16 de septiembre de 2010

SOBRE LA NECESARIA, ESTRATÉGICA Y PERTINENTE RECONSTITUCIÓN SUSTANTIVA DE LA DEMOCRACIA EN COLOMBIA

ALFREDO SARMIENTO NARVÁEZ
Septiembre de 2010


Varias ideas y principios que en la Constitución de 1991 quedaron rubricados, como el Estado Social de Derecho, la descentralización, la tutela, la convergencia entre Democracia Representativa y Democracia Participativa, llegaron a ser parte del arsenal lingüístico de los ciudadanos colombianos. Atrás quedarían conceptos como Estado de Sitio y aquellos que ligaban al Estado colombiano con una explícita confesionalidad religiosa, entre otros.

Sobre los conceptos de Democracia Representativa y Democracia Participativa, su necesaria reconciliación y convivencia, tratadistas, estudiosos de la política (asimilo la política más con el arte y a la heurística que con la ciencia positiva y la ecuación exacta), líderes de los partidos políticos entre otros, escribieron y disertaron sobre esos dos conceptos con especial entusiasmo entre los años 91 y 98.

La profundización de los fenómenos guerrillero, paramilitar y del narcotráfico, con su creciente y corrosiva capacidad de cooptar las expresiones de lo público en amplias porciones de la geografía nacional, unida a la idea creciente en el mundo de que Colombia era entonces un "Estado Fallido", fue creando un ambiente para que el país renunciara poco a poco a su entusiasmo por reflexionar, discurrir, pensar y actuar en función de las categorías lingüísticas Democracia Representativa y Democracia Participativa.

La DEMOCRACIA, entonces, en el terreno del discurso político (bien hace un ilustre pensador contemporáneo inscrito en la escuela del Giro Lingüístico al afirmar que "el discurso crea realidad" porque, entre otras, condiciona el pensamiento y éste condiciona la acción), pasó de ocupar un lugar SUSTANTIVO en el discurso y, a través del giro adjetivizante de DEMOCRÁTICA, se convirtió en expresión recurrente para calificar otros propósitos, si se quiere más urgentes y apremiantes como son: la Seguridad, la Prosperidad y la Legalidad.

A partir del año 2000, y casi por 10 años, el concepto SEGURIDAD DEMOCRÁTICA, se convirtió en el leitmotiv del discurso político colombiano, ora para hacer su apología, ora para hacerle objeto de detracciones y descalificaciones. A fuerza de esta insistencia, la seguridad, necesario medio, adquirió por sí misma el status de fin.

De haber llegado la Corte Constitucional a refrendar con una sentencia suya la segunda reelección de Alvaro Uribe Vélez, el concepto de SEGURIDAD DEMOCRÁTICA aún sería la expresión más probable de encontrar en titulares de prensa y en los discursos políticos.

El mismo Presidente Uribe, en el ejercicio de sus funciones, subordinó su más visionaria idea como estadista, el Estado Comunitario, al concepto de SEGURIDAD DEMOCRÁTICA, socorrida y acicalada por otras dos expresiones como cohesión social y confianza inversionista.

El pasado proceso electoral de cara a la Presidencia de la República no fue un debate alrededor de diversas visiones de Estado, Sociedad o del sentido antropológico de persona en el terreno político. El debate contribuyó a una profundización más, un enraizamiento, de la visión adjetiva y secundaria de la democracia.

El hoy Presidente, Juan Manuel Santos, apeló a la expresión PROSPERIDAD DEMOCRÁTICA, para introducir, en principio, un tenue matiz diferenciador con respecto a la bandera de la SEGURIDAD DEMOCRÁTICA, agitada por quien fuera su antecesor y jefe.

De los Consejos Comunales uribistas se ha pasado a los encuentros de prosperidad y, con alta probabilidad, la palabra prosperidad dará pie a bautizar el Plan de Desarrollo que enmarque las acciones del gobierno a partir del 2011. La tendencia podría estar insinuando que la prosperidad, necesario medio, puede llegar a convertirse en un fin por sí misma.

Antanas Mockus también hizo un uso adjetivo y secundario de la democracia cuando su propuesta política tuvo como idea pivote la expresión LEGALIDAD DEMOCRÁTICA. Sus aportes al debate electoral pusieron en el centro de la discusión la necesidad de la lucha contra la cultura del atajo, la lucha contra la corrupción.

No tuvo el candidato Mockus el buen cuidado de que su expresión LEGALIDAD DEMOCRÁTICA fuera leída por la ciudadanía, con alto nivel de afecto y aceptación hacia Alvaro Uribe Vélez, como un tenue matiz de la SEGURIDAD DEMOCRÁTICA.

La LEGALIDAD DEMOCRÁTICA no se presentó como sucedáneo de la SEGURIDAD DEMOCRÁTICA, o por lo menos así no se leyó, sino que vino a ser un aventuro, arriesgado y difuso contraste que produjo en muchos de los iniciales simpatizantes de Mockus una especie de: "ANTE LA DUDA ABSTENTE". Esto ayudó en parte a Juan Manuel Santos a conseguir un contundente y legítimo triunfo, que hoy le facilita a él, como Presidente, con holgura y sin el abandono de la cortesía, sacar al país del desgastante círculo vicioso en el que se venía cayendo de querer dividir a los colombianos entre uribistas y antiuribistas y cuyo éxito a mediano plazo, a favor de la institucionalidad, estará en estrecha relación con su capacidad y voluntad de evitar que el país caiga en el dilema santismo vs antisantismo.

Con una obsesiva agenda de descalificación hacia el concepto de SEGURIDAD DEMOCRÁTICA, el POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO, ha venido haciendo aportes al discurso político sin tampoco poderse liberar del "paradigma" adjetivizante al que se ha sometido la democracia, como se ve constatado en el mismo nombre de esa colectividad.

Gustavo Petro, en su lucha interna al interior del Polo Democrático para liderar la IZQUIERDA DEMOCRATICA, tuvo que hacer concesiones discursivas y reconocimiento público a los avances de la SEGURIDAD DEMOCRÁTICA, sin perjuicio de mantener un amplio margen de crítica y distancia política con quien fuera el artífice de ese penetrante concepto, Álvaro Uribe Vélez.

En medio de la adjetivización de la DEMOCRACIA, que devino en recurso secundario y cosmético en el discurso político en Colombia, no hay liderazgos personales ni partidos políticos hoy en el país que sean, al rompe y en el corto plazo, espacio o terreno fértil para anunciar a futuro una visión de la DEMOCRACIA y sus posibilidades en términos sustantivos, como discurso inspirador, movilizador y transformador de comportamientos políticos, dinámicas sociales y prácticas económicas.

El Partido de la U será un terreno dialéctico para dirimir el debate entre los promotores de la SEGURIDAD DEMOCRÁTICA y la PROSPERIDAD DEMOCRÁTICA, los promotores del Estado Comunitario y los promotores de la Tercera Vía.

El Partido Conservador por tradición, ideología y praxis aupará tesis más centradas en el orden y la autoridad y no es lo suyo arriesgar en conceptos innovadores que no tengan probada eficiencia en el objetivo de alcanzar del poder.

Cambio Radical ha mostrado destreza para aportar y ubicarse estratégica y tácticamente en escenarios gubernamentales que predican SEGURIDAD DEMOCRÁTICA y PROSPERIDAD DEMOCRÁTICA, y parece ser una colectividad que no parece reparar en el tono de derecha que comunica a los colombianos.

El Partido Liberal, con su histórico debate interno entre una visión social y democrática y un ala neoliberal, en el corto plazo buscará un papel protagónico en el marco de la Unidad Nacional propuesta por el Presidente Santos y buscará viabilizar su colectividad en escenarios urbanos.

El Polo Democrático Alternativo se está jugando su prestigio y su futuro en Bogotá y las cosas no parecen estar saliendo bien, menos cuando ha sido un proyecto capturado por una izquierda fatigada.

El MIRA seguirá siendo una hibridación de política y religiosidad que, sin duda, ha sobrevivido por apelación a métodos de solidaridad mecánica.

El Partido Verde por ahora no tiene mayor consistencia doctrinaria y política, que le permita hablar de un tema diferente al que ya posicionó su candidato presidencial Antanas Mockus, que como se dijo fue el concepto LEGALIDAD DEMOCRÁTICA y, contrario al Partido Liberal, tiene grandes retos para penetrar en los territorios no urbanos de ciudades intermedias y pequeños municipios.

El PIN no saldrá fácilmente de su apuesta por consolidarse como un buen negocio electoral y no parece ser su preocupación convertirse en una empresa política de vocación histórica.

La Alianza Social Indígena, ASI, se debate a su interior entre seguir siendo una expresión política para mantener la causa indígena en la prédica política, aunque muchos de sus militantes y avalados no sean la más auténtica expresión de indigenismo, o evolucionar con su propuesta, estructura decisoria regional y nacional, incluso con su mismo nombre, hacia un concepto más incluyente, para consolidarse como una Alianza Social Independiente, lo que sería su salvación para no desaparecer en el mediano plazo.

Compromiso Ciudadano Por Colombia aún tiene una agenda por resolver que le permita acompasar sus capacidades de movilización social, movilización política, movilización programática y movilización electoral, para retomar el entusiasmo que logró despertar y que se truncó, cuando algunos de sus dirigentes creyeron que una coyuntural derrota electoral en marzo del 2010, era sinónimo de una angustiosa y definitiva derrota política.

Hacer de la construcción y el alcance de una DEMOCRACIA SEGURA, SOBERANA, PRODUCTIVA, SUSTENTABLE, JUSTA E INSTITUCIONAL, con una visión de persona, sociedad y Estado consecuente, no es un tema de afanes electoreros. Ciertamente es una apuesta que debe llegar a jugarse en el terreno electoral y convertirse en alternativa de poder, pero ha de ser primero un propósito que inspire una empresa política con vocación histórica, rigor conceptual, desarrollos doctrinarios, perseverancia y no un mero proyecto cosmético que se envanezca en medio de los vértigos mediáticos, que poco forman y mucho desinforman, que poco comunican y poco ayudan a resignificar la fuerza y potencia de un discurso político transformador de actitudes, hábitos y destrezas sociales, económicas, culturales y ambientales que demanda un esfuerzo conjunto por la DEMOCRACIA.

Algunas descripciones para sugerir qué puede significar una DEMOCRACIA SEGURA, SOBERANA, PRODUCTIVA, SOSTENIBLE, JUSTA E INSTITUCIONAL:

Será una DEMOCRACIA SEGURA:

1) Cuando las armas sean de uso EXCLUSIVO de las fuerzas militares y de policía y los particulares no tengan acceso expedito, normal y legal a las mismas. 2) Cuando la acción concertada de Fuerzas Armadas, de policía y organismos de inteligencia estén al servicio de garantizar al mismo tiempo soberanía, convivencia, derechos humanos e integridad territorial.
3) Cuando el servicio militar se conciba como una de las expresiones del derecho a solidarizarse que tiene todo hombre y mujer de Colombia y se superan las odiosas trampas y privilegios que hay hoy en el servicio militar obligatorio.4) Cuando todo colombiano entienda que la seguridad es un Bien Común y su participación y solidaridad para garantizarla y gestionarla se debe ejercer de manera socialmente responsable.
5) Cuando el delito no tenga como socio el acicate de la impunidad en los estrados de la justicia.
6) Cuando el mayor porcentaje del peso de la lucha contra delitos globales no recaiga en los esfuerzos solitarios y desbalanceados de nuestra sociedad y nuestras fuerzas militares y de policía.
7) Cuando ningún colombiano o grupo de colombianos se arrogue para sí y por fuera de la institucionalidad de las fuerzas armadas y de policía, la garantía y gestión de la seguridad de otro grupo de colombianos.
8) Cuando la corrupción no logre imponer su cultura de atajo y privilegie a los cazadores de rentas por sobre los emprendedores socialmente competentes.
9) Cuando la colaboración de los ciudadanos con la gestión de la seguridad no se motive con perversas formas de recompensas y cuando todo ciudadano entienda que una falsa incriminación a un tercero es delito.
10) Cuando podamos retomar la especialidad de las Fuerzas Militares protegiendo las fronteras y coadyuvando en prevención de desastres y la de la Policía en garantizar la convivencia y seguridad ciudadana.

Será una DEMOCRACIA SOBERANA:

1) Cuando todos los centímetros cuadrados de la geografía colombiana cuenten con la presencia integral del Estado en su oferta de seguridad, legalidad, servicios sociales y como garante de la convivencia.
2) Cuando toda persona, organización civil, medio de comunicación, entidad educativa, organización empresarial y entidad territorial asuman a profundidad su vocación de autonomía dentro de criterios de solidaridad, responsabilidad social y sentido de nación.
3) Cuando la agenda internacional de Colombia sea plural y el país deje de ser ‘libreteado’ por otros países para dar trámite a sus agendas geopolíticas.4) Cuando Colombia, en foros multilaterales y regionales, asuma liderazgo y no acoja acríticamente la agenda de otros.
5) Cuando Colombia, en virtud de su autoridad histórica, con estrategia global, ayude a reinventar y transformar el paradigma vigente de lucha contra el narcotráfico.
6) Cuando Colombia pueda mostrar que su sistema de justicia es diligente, riguroso y severo con los delitos de sus conciudadanos y no tenga que hacer justicia por outsourcing con otros países.
7) Cuando la defensa de sus recursos naturales sea agenda de sus autoridades y fuente para la construcción de la identidad nacional.
8) Cuando asuma con criterio de reciprocidad todo tipo de acuerdo con otros países en materia de cooperación económica, militar, judicial, etc.
9) Cuando se consolide el pueblo colombiano como poder constituyente y no sean los poderes constituidos los que terminen imponiendo sus criterios técnicos y sectoriales a la sociedad en su conjunto.
10) Cuando el sistema penitenciario en Colombia sea un pregrado de reinserción social y no un posgrado de delincuencia.

Será una DEMOCRACIA PRODUCTIVA:

1) Cuando los poseedores del capital no especulen y, por el contrario, pongan este factor productivo en proyectos empresariales generadores de riqueza económica.
2) Cuando los poseedores de tierra dejen de rentar y engordar sus propiedades y le apuesten a la productividad, uso eficiente y ambientalmente sostenible de la tierra, asumiendo las obligaciones reales que les corresponde ante autoridades catastrales y tributarias.
3) Cuando el factor trabajo no se burocratice y los sindicatos asuman como causa propia la generación de condiciones para promover el empleo digno en lo económico y dador de sentido en sus contenidos y no actúen en complicidad con el trabajo ineficiente y emperezado.
4) Cuando el conocimiento y su producción circule socialmente y sea pertinente.
5) Cuando los derechos de propiedad dejen de ser el eslabón perdido entre innovación y desarrollo.
6) Cuando haya más empresarios con vocación de responsabilidad social, generadores de riqueza económica, capital social y sostenibilidad ambiental, capaces de ir más allá de la ley, y no meros negociantes animados por el afán desmedido de lucro, capaces de todo, dentro y fuera de la ley, y que no tienen una mínima veta de compromiso con la responsabilidad social.
7) Cuando empresas y empresarios del sector privado, público y solidario, puedan confluir en la gestión de temas de interés común.
8) Cuando Estado, Empresa, Sector Social y Solidario y Estamentos Educativos configuren Alianzas Comunitarias Para el Mejoramiento (A.C.P.M) Social, Cultural, Político y Económico.
9) Cuando los programas de asistencia y de atención urgente a grupos de población tengan duración acotada en el tiempo y no se conviertan en statu quo y carga fiscal inviable.
10) Cuando los discursos proteccionistas o aperturistas dejen de presentarse como fórmulas dogmáticas con respecto a diferentes sectores y subsectores de la economía.

Será una DEMOCRACIA SOSTENIBLE:

1) Cuando el criterio ambiental logre igual preeminencia y divulgación en las decisiones atinentes en materia de desarrollo económico a las que ya tienen actividades mineras, agropecuarias e industriales y al mismo tiempo lo ambiental no se convierta en un discurso fundamentalista y paralizante.
2) Cuando consolide el concepto de digno hábitat como una visión integral de interacción entre los seres humanos y los colectivos sociales con el medio ambiente, tanto en los ámbitos rurales como en los contextos urbanos.
3) Cuando asuma un compromiso perseverante e intencionado por el desarrollo de tecnologías limpias.
4) Cuando asuma, como parte integral de su agenda de desarrollo, superar la dependencia del aparato productivo de las energías sucias.
5) Cuando se desarrollen innovaciones y tecnologías que prioricen soluciones orgánicas para aumentar productividad agrícola y pecuaria.
6) Cuando los sistemas públicos masivos, colectivos y ambientalmente eficientes de movilidad urbana y rural estén al alcance de todos, reduciendo su efecto en el ambiente.
7) Cuando los servicios públicos domiciliarios sean de acceso para todos y todos asuman su responsabilidad en su uso y buen manejo.
8) Cuando la inteligente relación de los seres humanos con la naturaleza sea tema recurrente en los procesos de formación integral en los diferentes niveles de educación básica, media, técnica y superior.
9) Cuando la cultura de reciclaje permee los ámbitos privados y públicos.
10) Cuando se reconcilien actividades productivas con altos estándares de conservación del patrimonio ambiental.

Será una DEMOCRACIA JUSTA:

1) Cuando se garantice la distribución de ingreso y riqueza económica no con criterio igualitarista pero sí con radical sentido de la dignidad de toda persona.
2) Cuando las cadenas productivas no dejen a un eslabón de la misma en condiciones de fragilidad ante otra de mayor poder y capacidad de negociación.
3) Cuando el acceso a las ofertas estatales para el fomento económico sectorial no sea capturado de manera excluyente por grupos altamente corporativizados, dejando de lado a sectores menos organizados y de frágil capacidad de lobby.
4) Cuando la educación pública y privada, a nivel de básica, media, técnica y profesional, logren igualdad en mejores estándares de calidad.
5) Cuando el acceso a los bienes culturales y a los escenarios ecológicos estén a la mano de todos.
6) Cuando las necesarias discriminaciones positivas por tiempo limitado a ciertos grupos humanos históricamente marginados no se conviertan en práctica permanente que terminen aplazando el reconocimiento de los derechos de una persona y grupo humano por el solo y suficiente hecho de ser ciudadanos colombianos.
7) Cuando se construya una ruta coherente para reducir miseria y pobreza y cada vez se necesiten menos estrategias públicas de atención a sectores marginados de carácter asistencialista.
8) Cuando se promuevan políticas de empleo dignificantes y de mayor formalización del empleo con acceso a seguridad social y la tercerización no sea trinchera para evadir derechos laborales.
9) Cuando se igualen los planes obligatorios de salud de los usuarios de régimen subsidiado y régimen contributivo y cuando un enfermo no tenga que graduarse previamente de abogado para acceder a sus derechos.
10) Cuando todo colombiano tenga derecho a la conectividad y movilidad territorial y en el área de telecomunicaciones.

Será una DEMOCRACIA INSTITUCIONAL:

1) Cuando consolide cotidianamente el equilibrio entre las tres ramas del poder público y entre estas y los organismos de control.
2) Cuando se adopte un régimen parlamentario, que fortalezca la capacidad de los partidos políticos y se morigeren las tendencias presidencialistas que incuban formas caudillistas de poder, que ponen los temas del Estado, del gobierno, de la administración pública al vaivén de los caprichos de una sola persona.
3) Cuando la descentralización vaya consolidando vocación de autonomía interdependiente y socialmente responsable en las entidades territoriales.
4) Cuando las entidades que tienen funciones de inspección y vigilancia, como son por ejemplo las superintendencias, se convierten en instrumentos que ayudan a regular los diferentes actores sociales dentro de criterios de competitividad social y transparencia.
5) Cuando se entiende que la sociedad civil es el espacio para el ejercicio de la autonomía y que este espacio debe ser acogido y respetado por las agencias estatales como expresión de la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA.
6) Cuando se reconocen los partidos políticos como necesarios interlocutores para canalizar, vía DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, los diversos y complejos intereses de una comunidad.
7) Cuando el laicismo no se confunda con una ignorancia y omisión facilista del hecho religioso y su influencia en la vida personal y social de la comunidad y que sea el pluralismo religioso un criterio de acción por parte del Estado.
8) Cuando la administración de justicia se torne diligente, rescate la presunción de inocencia y debido proceso como principios insobornables y se abran espacios crecientes a la resolución pacífica y alternativa de conflictos.
9) Cuando el derecho privado, el derecho público y el derecho solidario, así como la economía privada, economía pública y economía solidaria y la gestión de empresas privadas, empresas públicas y empresas solidarias, generen canales de concertación para lograr el concurso de todos en la gestión del bien común.
10) Cuando la solidaridad se reconozca como un derecho de toda persona y organización para participar en la gestión del bien común y que su ejercicio honre el deber de actuar de manera socialmente competente.

La construcción de una DEMOCRACIA SEGURA, SOBERANA, PRODUCTIVA, SOSTENIBLE, JUSTA E INSTITUCIONAL es una forma de construir opciones sociales y políticas que van desde lo más local hasta lo más global. Da pie a construir una Opción por cada uno de nuestros municipios como Opción Pasto, Opción Ibagué, Opción Macarena, Opción Riohacha; para desde la base crear una Opción por cada uno de nuestros departamentos: Opción Huila, Opción Boyacá, Opción Chocó y una Opción de vocación nacional como Opción Colombia, como forma natural de optar por Latinoamérica y desde estas particulares opciones hacer una opción por las más caras y dignificantes aspiraciones de la humanidad.

Que la libertad se aleje del libertinaje y su ejercicio se torne en auténtica creatividad; que la igualdad inspire la digna diversidad y no caiga en trampas totalizantes y homogenizantes y que la fraternidad no se reduzca a mecánicas y sectarias manifestaciones excluyentes sino que evolucione hacia una actitud solidaria capaz de asumir la prueba ácida de la diversidad y la diferencia y actúe con criterio de inclusión.

alfredosarmiento2019@hotmail.com

CAMPAÑAS POLITICAS: NUEVAS TENDENCIAS

Por Sheyla Dallmeier*

Las campañas políticas constantemente están integrando elementos nuevos para la consecución del fin último: ¡ganar! Es así como hemos evolucionado en las técnicas y en los instrumentos que utilizamos en cada contienda electoral. Esta última década ha traído como innovación la utilización de la web como una herramienta más dentro del arsenal de recursos electorales y en los últimos 4 años la llegada de la web 2.0 plantea infinitas formulas de contacto más directo y efectivo con los electores.
Atrás quedaron aquellas campañas generales sin temas específicos. La tendencia actual es la del microtargeting, llegar a especificar mensajes a los niveles más personales, adentrándonos en la esfera individual del elector. Se trata de poder formular mensajes que vayan a las necesidades y expectativas de cada elector, hacerlos sentir únicos e importantes.
El político actual esta llamado a saber más de la gente, de sus expectativas, sus sueños. Ya no es sólo sentarse a verse en el espejo, ni esperar que sean los electores quienes investiguen sobre él. Su tarea fundamental –y la de sus consultores- será poder manejar al detalle esas expectativas que poseen sus electores y utilizar todas las vías que nos brinda la tecnología para poder llegarles cada vez más de cerca a éstos. Ahora bien, Latinoamérica presenta dificultades en el uso de estas técnicas de mercadeo político virtual, dada la baja penetración de internet en nuestros países. Sin embargo, hay experiencias incipientes y con un cierto éxito en el uso de la web 2.0. Ejemplo de ello puede ser la campaña levantada por Mockus en Colombia, quien usó al máximo las redes sociales. No obstante, falló en lo que Santos tuvo éxito, el contacto con la gente.
La realidad de las nuevas tendencias en materia electoral es que lo que verdaderamente persiguen es reforzar el sentido original de toda campaña: vender un candidato, una idea o un proyecto. En lo que hemos venido avanzando positivamente es el personalizar estas propuestas, hasta el punto de hacerle sentir a nuestros electores que sus necesidades más básicas estarán cubiertas, porque el candidato las conoce y se abocará a solucionarlas.
Debemos tener claro, que bajo ningún concepto, estas nuevas herramientas sustituirán a la única actividad que compromete un voto a favor: el contacto directo. Pero si facilitan que el mensaje sea directo a cada target, lo que puede generar que el elector se sienta identificado y se genere un compromiso, por entender que este candidato me dice lo que necesito, me da las soluciones que espero y se preocupa por mejorar mi calidad de vida.
A la final todo se resume en cómo llegar a la parte humana del elector. Las últimas tendencias, (a pesar de tener un alto componente tecnológico, lo que nos podría indicar a priori que son impersonales), lo que intentan es humanizar las campañas, personalizándolas y atendiendo al colectivo desde la individualidad de cada elector.
En la medida en que sea el candidato quien se ocupe de las personas y no espere que sea al revés, tendremos campañas políticas más basadas en el individuo y sus necesidades, que en vender unilateralmente una idea o candidato. Es una oportunidad para los políticos de poder acercarse a la esfera personal de cada elector y para el elector de lograr más compromiso del candidato y en consecuencia gobiernos más cercanos a las necesidades de la población.

*Politóloga especialista en Comunicación Política y Opinión Pública

Estrategias de Movilización Electoral: la Campaña Terrestre

Por Sheyla Dallmeier*


Toda campaña política – electoral se compone de dos grandes bloques estratégicos: el comunicacional (donde se ve involucrado imagen, mensaje, etc.) y el de movilización (donde sumamos todos los esfuerzos de movilización del elector). Una no puede subsistir sin la otra, y juntas logran hacer que cualquier campaña electoral tenga mayores probabilidades de culminar con éxito (claro está, si ambas estrategias están bien enfocadas y responden a la realidad política del momento). Por ahora, nos vamos a referir al segundo bloque, al de la movilización electoral o lo que hemos denominado “la campaña terrestre”.
Las estrategias de movilización del elector deben en buena medida soportarse en el trabajo de los miembros de nuestra campaña electoral. El estado ideal es que se haga a través de los militantes de la organización política que nos respalde, sin embargo, como es sabido en Latinoamérica las estructuras partidistas han ido en minusvalía, reduciéndose a organizaciones sin base popular, lo que en ocasiones dificulta la labor de movilización política-electoral en campañas. Ecuador no es la excepción, coexisten un sinfín de organizaciones políticas las cuales en su mayoría no concentran una militancia significativa, motivo por el cual, cualquier estrategia de movilización electoral debe iniciarse con suficiente antelación a la fecha electoral, para que pueda tener el éxito esperado.
La realidad política partidista de nuestros países nos obliga a aplicar técnicas y estrategias de movilización electoral que ya no dependan de la escasa militancia con la que se pueda contar, sino que sume la mayor cantidad de voluntarios y simpatizantes de nuestras ideas, convirtiéndose en los multiplicadores de nuestro mensaje y de nuestra campaña.
Las tendencias modernas en movilización del elector nos indican que este trabajo terrestre se debe comenzar con la mayor antelación posible al día de las elecciones, para lo cual se debe formar un nutrido grupo de movilizadores, quienes además de estar comprometidos con nuestra causa, deben manejar herramientas de oratoria, persuasión y conocer a profundidad nuestra propuesta de gobierno, ya que cada uno de ellos será la extensión en las comunidades del candidato en cuestión.
La movilización del elector, no se puede ver como un elemento de último minuto en la campaña, por el contrario, debería ser el inicio de toda campaña. Se dice que en campaña electoral la única actividad que genera votos efectivos es el contacto directo con el elector, y esto solo se puede lograr contando con un grupo de movilizadores formados y con herramientas para tal fin. Se piensa que estructurar un grupo así y mantenerlo durante un tiempo prolongado en las calles haciendo la labor de contactar al elector podría resultar muy costoso para la campaña, pero la realidad nos indica que si se comienza con suficiente antelación con el trabajo de contacto directo, se puede abarcar más sectores, se puede contactar más número de veces a un mismo elector, logrando así su efectivo voto y todo esto con menos gente que si se pretende implementar a última hora un programa de movilización electoral, en donde tendríamos que emplear a una mayor cantidad de movilizadores para abarcar la mayor cantidad de zonas y contactar al menos una vez a cada elector. Vale destacar, que actualmente estamos hablando de contactar entre 7 y 8 veces cada elector, para que este realmente se comprometa a darnos su voto, otro motivo más para comenzar una programa de movilización electoral con suficiente antelación.
Otra de las ventajas de contar con un programa de movilización electoral iniciado con antelación, es la cantidad de información que logramos recabar de nuestros electores. La tendencia en campañas electorales va cada vez más hacia la personalización de éstas, llevar mensajes a microtargets de la población electoral que se ciñan a las necesidades y expectativas de cada uno de ellos. Mediante la implementación de programas terrestres de campaña, podemos ir estructurando una base de datos valiosa para el posterior diseño de mensajes personalizados, e incluso definir la orientación de los mensajes del candidato por sectores, por targets, etc. La información que podamos obtener a través de nuestros movilizadores nos darán las herramientas necesarias para construir el modelaje de nuestros electores, sus gustos, necesidades, expectativas, etc. Contar con una base de datos fidedigna nos da el respaldo para iniciar campañas masivas, pero orientadas a cada target en específico, hace sentir al elector que el candidato realmente lo conoce, lo que a su vez se traduce en confianza del elector. Hay que recordar que en nuestros tiempos ya no se trata de que la gente sepa de política, sino de que el político sepa de la gente.
Como reza el famoso dicho “no planificar es planificar el fracaso”, el manejo oportuno y objetivo de la información de nuestra masa electoral nos dará la oportunidad de planificar campañas exitosas, ya que tendremos la ocasión de llegarles al corazón del elector. Allí radica la importancia de la campaña terrestre, en que nos da la oportunidad de poder llegar a un mayor número de electores, conocerlos, hablarles, estructurar mensajes dirigidos personalmente y finalmente lograr el compromiso de voto seguro para nuestro candidato.
En el caso de Ecuador, se justifica más aún la implementación de una estrategia terrestre anticipada. En un país donde en la última década los partidos tradicionales perdieron credibilidad y donde la oposición no está articulada. Es más que necesario implementar estrategias que lleguen al elector, que nos permitan conocerlo a fondo y en esa medida poder diseñar mensajes e ideas que contrarresten la actual situación política e incluso sociológica del Ecuador. Las tendencias socialistas en Latinoamérica han venido tomando espacios precisamente porque no han existido contrapartes que las ataquen, los partidos tradicionales se desconectaron de la realidad de las sociedades y estas tendencias populistas y en apariencia equitativas, ganaron espacios hablándole a la gente al corazón. Resulta vital, por no decir urgente, la articulación de movimientos de electores que persigan conocer la psiquis del elector, que conozcan sus necesidades y que mediante la creación de un banco de datos fidedigno se pueda estructurar mensajes directos que vayan trabajando el compromiso del elector con alguna idea o candidato político, bien sea en el mediano o largo plazo.
Existen diversos ejemplos de implementación de programas de movilización electoral en Latinoamérica, cada uno de ellos se rige por las características propias de las sociedades en donde se llevan a cabo, y responderán a la idiosincrasia del electorado en cuestión.
A continuación hablaremos de algunas experiencias de movilización de electores desde el plano territorial que se han implementado en Campañas en Venezuela, Colombia y México.
Caso Venezuela: Lucha de Titanes.
El caso de Venezuela requiere particular atención, sobre todo entre los ecuatorianos, dado que por un profundo y rotundo abandono de las organizaciones políticas tradicionales surge como opción válida entre los venezolanos la presencia y posterior asunción al poder de un régimen socialista autoritario que ha socavado todos los poderes públicos y crea un clima totalmente desproporcionado al momento de hacer campañas electorales. Por muchos años, posterior a la toma del poder democrática por la actual administración venezolana, las organizaciones políticas que se denominan de oposición no lograron articular mecanismos efectivos de movilización de votos, no trabajaban al electorado, se limitaron al uso de la política a través de los medios de comunicación, lo que generó un escenario abstencionista que sólo perjudicaba a la oposición misma.
Sin embargo, existen ejemplos aislados en campañas locales donde se demuestra la efectividad de la utilización de estrategias de movilización de electores. Tal es el caso del Municipio Carrizal del Estado Miranda. Este Municipio ha permanecido en manos de alcaldes opositores al Gobierno actual venezolano, en gran parte porque elección tras elección siempre se han implementado programas territoriales de campañas electorales, denominados Plan 1x10. Estos programas lo que consisten es en lograr captar líderes locales que a su vez generen pirámides de electores comprometidos con un candidato en particular. Estos planes implican que los movilizadores deben medir el compromiso de sus electores a través de varias actividades organizadas por ellos. Entre las actividades que con frecuencia se planifican están reuniones en sus casas con los vecinos, jornadas de entrega de material de campaña, asistencia a mítines políticos o actos públicos relacionados con la campaña o el candidato, etc. Estos planes son perfectamente auditables y en su mayoría, los datos que se van recolectando a través de las planillas del 1x10 se cruzan con el Registro Electoral Permanente, permitiendo de esta manera depurar la base de datos que se está generando con solo electores del sector.
Estos planes generalmente se comienzan a implementar a inicios de la campaña, para dar tiempo de generar las actividades que nos permiten medir los compromisos, y reforzar aquellos sectores o grupos de electores que no estén convencidos. El día de la elección, se prepara una centro de operaciones desde donde se maneja la base de datos de los lideres que manejan sus diez electores y en conjunto con los coordinadores de cada centro de votación (quienes manejan copia de los cuadernos electorales) se lleva el control, cada hora, de cuantos electores captados han asistido a las urnas, permitiendo en tiempo real ubicar a los lideres quienes sus electores no hayan asistido para que los motiven aún más a que vayan a votar. Un factor elemental en el día de las elecciones lo constituye haber organizado previamente un grupo de vehículos a disposición del programa de movilización, la idea es no dejar nada al azar ni a la improvisación, sino tener cubiertos todos los eventos que se puedan presentar el día D. Este mecanismo de movilización electoral ha permitido que en este Municipio en Venezuela en particular se haya mantenido el gobernante por dos periodos continuos.
Vale destacar, que estos programas de movilización deben contar con una parte importante de la organización de la campaña, así como con los recursos necesarios para poder implementarlos. Parte del éxito que puedan tener estos mecanismos de movilización electoral, guarda estrecha relación con el compromiso que desde el comando de campaña (incluido gerente y candidato) tengan con el mismo. Es un pilar fundamental de la campaña tan valioso como contar con una adecuada campaña publicitaria. En muchos sentidos se retroalimentan ambas estrategias.
Es importante acotar que, en Venezuela, este modelo de movilización electoral es puesto en marcha también desde las campañas oficialistas, incluso, en la campaña para las elecciones de septiembre/2010, la primera parte de su campaña de medios estuvo destina a la promoción de su plan de movilización territorial del voto. En el Chavismo, los programas de movilización incluyen la figura del “Patrullero” quienes son los encargados de conseguir el compromiso de los electores y formar “Patrullas” (grupos de electores) a favor del oficialismo. La forma de funcionamiento de estas “Patrullas” es la siguiente: se conforma una unidad de Patrulla por cada mesa electoral existente en el País (la organización electoral es por centros de votación y cada centro está conformado por un número x de mesas de votación), cada una de estas unidades estará conformada por un Jefe y 50 Patrulleros quienes a su vez tienen la responsabilidad de manejar 10 electores y comprometerlos con su voto. Los militantes del PSUV (Partido de Gobierno), aspiran tener en la calle la cantidad de 1.830.150 patrulleros que a su vez movilicen 10 votos. Como se puede observar, esto constituye un esfuerzo de organización y movilización de grandes magnitudes.
Una observación importante es que en Venezuela los cuadernos de votación así como el Registro Electoral Permanente son de uso público para las organizaciones políticas, por lo que facilita la implementación de estos planes de movilización electoral. En el caso de las Patrullas y en muchos casos de la oposición, se les entrega a cada movilizador copia de los cuadernos de votación de cada mesa electoral junto con la copia del REP (Registro Electoral Permanente), en donde aparecen los datos de ubicación de cada elector. Es así, como cada movilizador podrá ubicar a diez electores y comenzar el trabajo de persuasión y compromiso de voto.
Como se puede observar, es un trabajo minucioso y que involucra en el caso del oficialismo en Venezuela a toda la maquinaria partidista a favor del Gobierno, lo que significa una ventaja sobre la organización que pueda generar la oposición, que en su mayoría se basa en voluntariado. Sin embargo, es un hecho probado, que con antelación, esfuerzo y organización se puede estructurar un programa de movilización efectivo aún sin contar con el apoyo de una maquinaria partidista solida, pero si con mucho trabajo político de calle y formación de movilizadores comprometidos.
Caso Colombiano: Girasoles vs Movilización
El caso colombiano es bien particular, la campaña presidencial del 2010, tuvo un amplio desarrollo mediático para todos los candidatos, logrando polarizar entre Antanas Mockus y Juan Manuel Santos, quienes la última semana de mayo lideraban la primera vuelta. Al llegar a Colombia y con un panorama de empate técnico –según la mayoría de las encuestas que se manejaban- no cabía duda que solo un plan de movilización electoral podía marcar la diferencia entre uno y otro candidato, y hasta donde sabíamos no existía ningún plan de movilización, por lo que desde el mismo instante y a horas de la primera vuelta electoral se comenzó a planificar la implementación de un plan al estilo 1 x10 que ya explicamos líneas arriba en el comando de Juan Manuel Santos.
Hay que destacar que Colombia tiene un registro electoral cercano a los 30 millones de electores, 32 Departamentos y 1120 Municipios, por lo que implementar un programa de movilización electoral en 20 días significaba un reto de magnitudes inimaginables. Aun con el tiempo en contra comenzamos la marcha del plan. El primer paso fue identificar entre lo que contábamos una estructura que nos sirviera de distribución de las planillas del 1x10. Dimos con una Oficina que habían denominado Mercadeo del Día de Elecciones, que para nuestro agrado contaba con coordinadores por Departamentos, lo que podía facilitar el despliegue de la operación a nivel nacional.
Fueron muchos los inconvenientes técnicos a los que tuvimos que enfrentarnos, comenzando por todos los niveles de la campaña que debían aprobar el diseño final del formato, lograr los convenios con las empresas que nos iban a colaborar, la asignación de los recursos económicos para la implementación del plan, etc. Todos estos procesos restaron días valiosos para la ejecución del programa.
Ya con los resultados de la primera vuelta a favor (con un amplísimo margen), la presión del plan de movilización cedió un poco, en virtud de lo que se debía hacer era asegurar la asistencia igual o superior a lo logrado en primera vuelta, y el plan de movilización tuvo un giro al convertirlo en un plan de adhesión al Gran Acuerdo de Unidad Nacional, tema comunicacional principal de la segunda vuelta electoral de nuestro candidato.
A través de la capacitación de los 32 Coordinadores Departamentales y la unión del programa con una serie de giras del candidato por el interior de Colombia, se dio inicio al despliegue de un millón de planillas del 1x10, todas numeradas correlativamente lo que nos permitió hacer seguimiento a través de un formato de recibo de todos y cada uno de este millón de planillas. Es importante señalar que dado que el formato apelaba a la adhesión al Gran Acuerdo de Unidad Nacional, se involucraron en el programa a todos los Senadores, Representantes, Alcaldes, Diputados, Concejales, y representantes de los Partidos Políticos que apoyaban la opción de Juan Manuel Santos. Estos formatos se traducirían en 10.000.000 millones de firmas a favor del Gran Acuerdo de Unidad Nacional. Con la ayuda de una plataforma web, un call center y la colaboración de una empresa de envíos comenzamos la recolección de la data a solo 10 días de la elección final.
Cabe destacar que este plan –aun cuando en la práctica no se adaptó a los métodos de un plan de movilización electoral en tanto no fue su principal función- logro motivar toda la segunda parte de la campaña electoral en Colombia, y permitió que el triunfalismo no se apoderara de los electores. La base de la campaña electoral se motivó y movilizó en todo el territorio nacional buscando la mayor cantidad de firmas a favor de la idea del actual Presidente de Colombia Juan Manuel Santos. Fue una experiencia que además permitió identificar una plataforma de cerca de 500.000 de líderes políticos natos de las comunidades. Sin duda alguna toda una oportunidad de crear militancia política dentro del partido del gobierno actual en Colombia.
La implementación de un programa de movilización electoral a solo 20 días de una elección, fue sin lugar a dudas una decisión arriesgada pero bajo ningún concepto equivocada. El éxito de cualquier campaña electoral tiene una estrecha relación con la planificación que se haga en la misma. Muy a pesar de que los números favorecían la opción de Juan Manuel Santos, cualquier acción que ayudara a mantenerlos e incluso aumentarlos iba en la dirección correcta. Claro está, que siempre la recomendación del consultor girará en torno a la idea de comenzar con la mayor antelación posible los planes de movilización electoral, en tanto que con tiempo se logren resolver los inconvenientes que puedan surgir en la implementación del programa, se obtenga un mayor compromiso del elector al llegarle más veces y con mensajes mas personalizados, todo lo cual redunda en la posibilidad de un desenlace exitoso.






*Politologa, especialista en Comunicación Política y Opinión Pública